domingo

No hace falta título...


Mis queridos soles, estrellas y mi maga...

Gracias por estar ahí, sé que andamos mal de tiempo para escribir, para pasear por este nuestro paisaje, pero siento que nos pensamos y nos deseamos unas a otras muchas cosas buenas.

Quería antes de tomar el tren a Barcelona dejar aquí cuatro líneas, para deciros que os extraño, extraño los encuentros, pero estoy segura de que se van a dar.

La vida da tantos tumbos ( y tamba, tamba, tamba, tamba,tamba del negro que tumba;tumba del negro, caramba,caramba, que el negro tumba:!yamba, yambó, yambambé!) y siempre llega el momento en el que un día sale el Sol y ya no se pone más.

¿No os ha pasado nunca, que de golpe todo te va bien, y en vez de celebrarlo te mueres de pánico? A veces, incluso antes de que todo te vaya bien, te pasas tiempo y tiempo sin hacer nada por miedo a los cambios, y así pasa la vida a veces, parada por miedo.


Y a lo único que hay que temer es al miedo mismo.


En este año, importantísimo en mi vida y en el cual os he tenido, vencí los miedos, tomé decisiones importantes, y después me llené de miedo otra vez. Un miedo a perder lo que había logrado con la toma de decisiones. Ahora puedo decir que soy feliz, profundamente feliz, aunque me faltan muchas cosas todavía, muchos pasos, y eche de menos mi villa marinera, mi familia, mis amigos. Mi vida en Barcelona se basa en el camino de casa al trabajo y viceversa, con la variabilidad de tomar el metro o bien ir caminando. Pero aunque no camine más en la ciudad, abro el camino a mi vida, mi vida de verdad, y chicas... tener paz en alma es el mejor regalo de la vida.

Me caso

Me caso. Sí!

Si la burocracia me lo permite, la idea es hacerlo en Navidad. Conocí al amor de mi vida y este amor ha sido la fuente de mis fuerzas y de mi equilibrio, él ha sido capaz de fecundar en mí el deseo de la maternidad, el deseo de crecer en armonía y la necesidad de mimar el amor y a la vida.

El destino nos pone pruebas muy muy difíciles, momentos llenos de dolor y de incomprensión, y nada es en balde, nada.


Sigamos hacia delante sin miedos, sigamos el camino que nos ordena el corazón. Aprendamos a escucharlo, que así la cabeza deja de dar vueltas.


Vuelvo a La Habana en dos semanas, y nada de esto lo estaría viviendo si hubiera escuchado a las malditas neuronas, que ataron mi vida durante mucho tiempo a una vida sin vivir en mí.


Gracias mi corazón por cantarme, gracias a vosotras por quererme y estar ahí. Os quiero.


Elsa, deseo que ya estés al cien por cien. Margui, tu en tu Burguitos preparándote para el invierno y con tu cámara siempre a punto.

Sus, mi maga... ahí donde estés cuéntame de ti, estoy lejos pero te siento y te quiero y te quiero...


Besos.


Foto: Nos perdimos en Trinidad voluntariamente, y nos cruzamos con una mujer que llevaba un tumbadito muy gracioso en su caminar. Se protegía de la humedad con un paraguas. Nos pareció muy genuina y decimos seguirla... aunque ella nunca lo supo.




2 comentarios:

Elsa dijo...

como me alegro de verte en tan buena forma
Que aburrimiento si no tuvieramos miedos, si no tuvieramos que tomar decisiones
Disfruta todo lo que puedas, es lo que cuenta al final
Yo estoy bastante bien, aun me falta un paso para volver a comenzar otra rutina
Besos

susana dijo...

Ya contaré, Yol.

Pero cómo me alegro. Te lo mereces, eso y más.

Pero no veo tu foto¡¡¡¡¡

Elsilla, también echo de menos nustras conversaciones.