martes

SEVILLA


Hola, hola!
Como bien decía Sus esto de viajar te da pie a cargar pilas y que mejor sitio que ir a Sevilla.
Solo había estado allí de paso hace algunos años, por lo que no tenía la suerte de conocerlo. De Sevilla me había hablado gente de la zona, por lo que nunca sabes hasta que punto no están exagerando lo que te cuentan; pero tenían razón, no exageraban ni un poquito.
Lo que mas me ha gustado han sido los olores, ese olor a azahar y a jazmín que hay por toda la ciudad, el olor a incienso y cirio, que total, te llama muchísimo la atención.
Sin proponermelo coincidió el viaje el finde anterior a la semana santa, y he tenido la oportunidad de vivir los últimos preparativos para tenerlo todo perfecto para sus procesiones. Claro una que no está acostumbrada a esos menesteres se queda con la boca abierta, nunca imaginé que fuera tan a lo bestia el tema de las hermandades y demás.
Es otra manera de vivir, de concebir la vida, se vive mucho en la calle, se vive mucho al día, les gusta mucho lucirse, vaya que si se lucen, vamos como un pincel que me iban ellos y ellas, tremendo. Que gitanos que son! (lo digo con todo el cariño del mundo no se me ofenda nadie).
Lo bonito como en cualquier lugar, mezclarte con la gente de allí. Me ocurrió una cosa interesante, en la oficina de turismo al pedir un mapa, solo me señalaban los alrededores de la catedral e insistían en las excursiones guiadas, para nada me hablaron de Triana, pero la menda pallá que se fue el Domingo de Ramos, que ambiente, pero la lástima es que por allí los únicos de fuera éramos nosotros, es una pena que la gente se pierda eso, el ver como sienten y viven sus tradiciones, fiestas, fervor religioso o como leñes cada uno quiera llamarlo.
El hotel en plena judería una pasada en precio, atención, LIMPIEZA, vamos que si alguno teneis que ir hotel murillo.
Algo curioso hacía meses que no llovía por aquellas latitudes, pero fue llegar yo y..., pero al final el sol brilló.
El regreso un asco porque volvemos a la rutina y aquí sigue el mismo tema, creo que pertenezco a la hermandad de la santa paciencia, ja, ja, ja.
Despues de este testamento os dejo, hay fotos en Yahoo grupos. Besitos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hoooooola Elsa, bienvenida a casa.
Sé como te sientes, yo vuelvo siempre de Andalucia como si la luz se me metiera en la piel, en los ojos, en la cámara, no sé...
La ultima vez que estuve en Sevilla fuí al barrio de triana para hacer una fotillos y me compré allí un cucurucho de esos fritos que venden allí por los portales (me rechiflan) y una coca y me senté en las escaleras que bajan desde el puente (¿las estas viendo?). Total que no sé si la caricia del sol, el ruido del agua o el pedazo de paliza que llevaba en los pies, es caso es que me quede medio dormida.
Cuando me espabilé ví que alguien se habia sentado unos escalones por encima de mi, y al irse se habia dejado la cámara de fotos, la acerqué a mi vera y allí segui mirando el rio. Enseguida llegó muy agobiada la propietaria de la cámara que resulto ser una chica de León, con la cual me fuí de copas y terminamos en un tablao de esos rocieros. Las sorpresas que da la vida !Que maravilla!