sábado

sabado sabadete

¿hay alguien en casa?...nada, ni rita, tol mundo durmiendo.
Ahhh, voy a provechar que estoy solita para fisgar un poquillo por aqui.Ni una pelusa debajo de la mesa, ni un chicle . Es lo que tienen los sitios nuevos que en ellos los objetos aún no guardan secretos ¿o ni?

Que andaba yo (ladesa) pensando el asunto de escribir un relato entre todos, podriamos seguir al anterior o corregir lo que ya hay, o lo que queramos.
Como obviamente el sistema de aclamación popular es un poco chungo para este medio, creo que voy a empezar yo y si no sigue nadie, deduciré con mi habitual perspicacia que no os interesa el rollo ¿vale? joooo, que silencio para ser una aclamación...

Momento pegamento, no me agobien que es que no se me ocurre nada.

TITULO: por determinar por el que lo acabe ¿no?

Este relato terminara, supongo, en la mismas circunstancias en las que empieza. Es decir con mi misma persona sentada ante el ordenador aporreandole con saña. Eso es lo normal, lo probable, lo esperable... pero siempre queda ese "principio de incertidumbre" que puede cambiarlo todo, que puede hacer que dentro de diez minutos este muert@ o abrazada a un desconocido en la zona oscura de mi portal.
Pero empecemos, como ha de hacerse por el principio.

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* * *
(deSasoSegada) Segun escribía con brío en el ordenador he oído un enorme porrazo en la calle. Ha sido un golpe seco, sin posibilidad de rebote, como sonaría un bolso cerrado lleno de balines de escopeta si lo tirara desde un alto.

Me he asomado a la ventana y he visto a varias personas arremolinadas bajo ella, pero no he podido ver el motivo de su curiosidad (y la mía) así que me he puesto las botas y el abrigo y me he dirigido hacia la barnizada puerta de roble macizo y mirilla oxidada, para bajar a ver; sin embargo, algo indefinible, indescifrable, me ha echado atrás en el momento en que mi mano se acercaba al manillar de la puerta.

Indecisa, sin saber siquiera por qué, he vuelto atrás y me he acercado lentamente una vez más a la ventana soleada en la que recién acabo, en la mañana, de colocar una maceta de florecidos y abundantes geranios rojos.

Siempre me pasan cosas extrañas con las plantas, dicen - he oído - que las de todo el mundo responden a la música de Bach pero las mías, además de esa extraña cualidad, también se giran hacia mi cuerpo cuando me acerco a ellas, como pidiendo una caricia que a veces, raras veces, les niego..

tras un buen rato he reparado en que alguien tiraba de mi abrigo de manera brusca, tras un sobresalto (he notado un sudor frío recorrer mi espalda, a la vez que se secaba mi boca)me dije a mí misma !que tonta soy! tengo que dejar de ser paranoica. Aquellos ladridos me rogaban un poquito e atención, y no se extrañaban en absoluto de la reacción que había tenido; allí estaba moviendo la cola con la cadena en la boca mi vieja y fiel Muska, esa perra que hacía tantos años me acompañaba por la geografía española... (Elsa)

Muska me pedía a gritos salir a calle, a corretear detrás de cualquier cosa que se moviera un poco, o por simple curiosidad como la gente, cada vez más, que se agolpaba, se enpujaba, se murmuraban alrededor de algo que empezaba a manchar de rojo la acera
¿quien dijo miedo? me he dicho intentando vencer ese extraño recelo que sin ententer porqué me ha embargado. He cogido a la perra y he vuelto la mirada de forma mecánica para comprobar que todo quede que orden.
Al fondo en la ventana veo el rojo fuego de mis geranios vueltos hacia mi, como advirtiendome, como despidiendome, como... que sé yo.
-¿Quien dijo miedo?- me he dicho intentando vencer ese extraño recelo que sin ententer porqué me ha embargado. He cogido a la perra y he vuelto la mirada de forma mecánica para comprobar que todo quede que orden.
He bajado a la calle y he mirado incrédula a un lado y otro .
Nadie en grupo, nada raro, nada en el suelo, ninguna mancha en el pavimento, ni un ruido, ni un movimiento, nada
Recorro la calle de un lado a otro buscando a alguien que pueda darme una explicación, nada, nadie.
No soy pusilánime, así que recobro el ánimo y me digo “Carmiña el pasado ha vuelto a por ti”
Entro en la panadería que se aloja a la sombra de mi casa, y de pronto parece que la vida volviera, es como si un ser inerte de pronto volviera a respirar ,Vuelvo a oír los coches y los gritos de los niños jugando en la calle... La panadera me mira con cara de interrogante y yo le cuento mi historia ….¿has visto u oído algo raro? Ella parece indagar en el fondo de sus entrañas y recordar algo que hubiera sucedido hace lustros y finalmente me dice….. “ahhhh, si … unos vecinos han venido a preguntar si te conocía y me han dado esto para ti, que al parecer ha caído en medio de la calle.
Era un gran paquete, despachurrado por el golpe, en un gran cartel se lee mi nombre.. Lo abro con aire nervioso y leo incrédula “Tu vida corre peligro. Fdo. Laho Ti´u”
Nadie tuvo que explicarme nada más.Subí a casa pálida , me senté ante el ordenador y reservé el primer vuelo hacia mi irremediable destino, eso sí en primera como siempre.

(jaus)

- adiós Carmiña, déjanos la ventana entreabierta anda...-

- adiós Geranios, nos vemos dentro de tres anios...-

Siempre sentía el mismo nerviosismo en las horas anteriores a una partida, a excepción de las de mus de domingo y órdago. Viajar es un placer, aunque sea por motivos turbios, previajar jamás lo fué. El miedo siempre ataca antes del peligro...pero cuando estás en él el peligro espanta al miedo, que desaparece agachando las orejas ante el poder del reflejo y la intuición. Lo he comprobado en cada cicatriz: cuanto más cerca estás de una muerte certera menos miedo sientes. Cuando notas las balas rozar tus orejas silbando, cuando solo dos dedos te mantienen suspendido en el aire, cuando olas enarboladas de 7 metros zarandean tu cascarón, no te encomiendas a ningún dios: te encomiendas al ancestro que mueve tus hilos sin que te de tiempo a prevenir tus propias maniobras.

Esta vez tocaba el sureste de Asia, lo cual era bueno porque Muska pasaría sin cuarentena la frontera, y malo porque allí me encontraría con Laho Ti´u y su temible clan.


Al pobre Laho le hará gracia verme, y supongo que estará deseando agradecerme personalmente los exitosos esfuerzos que realicé para que su salida de la penitenciaría se retrasase 15 años. La carpeta de informes que llevo en la samsonite detalla cómo en esos 15 años ha conseguido montar la mayor red de tráfico de geranios rojos que el mundo haya conocido. Hoy, un airbús sólido y cejijunto me acercará, con escala en Yumai Sehem, al que posiblemente sea el final de mis correrías. Quisiera haberme despedido de Maleno con un tango bailado a la manera de Río de la Plata, con esa cadencia definitiva y el arrebato contenido, pero llamó esta mañana para decirme que no se acordaba de mi nombre.

Mi nombre es Carmiña Burana, pero todos me conocen como Don.

Yeins Don. Peroperovete

(Elsa) Comprobé que en mi neceser estaba el blister de Lexatin y la Biodramina, nunca me acostumbraría a las alturas a pesar de las grandes comodidades de las que gozaba en primera clase.

Intenté por todos los medios relajarme y ponerme cómoda, todo con la ayuda de un passport con hielo que una atenta azafata me trajo en un vaso mas que pulcro, como en otras ocasiones eché en falta a ese pedazo de azafato con el que a lo largo del trayecto tenía que fantasear, simplemente porque no se encontraba nunca fisicamente en mi vuelo, ni en mi clase.

Comencé a estudiar a mis compañer@s de viaje, algunos hombres de negocios, una dama adinerada que desprendía nostalgia a simple vista, un grupo de turistas americanos, como siempre denotando lo que no podían esconder, que lástima de yanquis, y una pareja con dos gemelos !horror! monstruitos.

Aquello me estaba sacando de mis casillas, concentrarme en ese momento ya de por sí difícil se estaba haciendo casi imposible, pero ahí estaba la cuestión que yo no iba a utilizar la palabra imposible, ya hacía muchos años de aquello...


(biKrit)

Saqué para ayudarme a distanciarme del entorno una hojita de geranio, un pequeño pétalo rojo, gota de sangre perfumada, que llevaba como prueba en la cartera. En cuanto me sintió, se acercó a mi apéndice nasal y aspiré su jugosa y fresca fragancia; no era de extrañar que el trapicheo de estas hermosas e inteligentes plantas generase millones en contrabando. Le acerqué los cascos radiofónicos acoplados a la butaca de primera clase y seleccioné un canal de música clásica para darle algo de placer en el largo viaje. Luego, sintióndeme algo maread@ por el aroma intenso y el movimiento a bandazos - estábamos atravesando una bolsa de aire - del avión, unido a los gritos disarmónicos de los rubitos repetidos a coro; tomé una pastilla que guardaba en el bolsillo para emergencias y la absorbí a través de mi garganta acompañada de un buen trago de " Etrange Chapeau", vino de primera en la first clase. Aún antes de que llegase al final de su camino en el estómago, donde comenzaría su disolución, me di cuenta de mi error. Esa pastilla no era la del antimareodesasosiego, pues hacía poco había cambiado su contenido temiendo un registro y ahora estaba llena de cocaína, blanca y pura como la nieve, eso sí pero totalmente inadecuada para la situación inestable en que me encontraba.

(Elsa)
Pero cual fue mi sorpresa que los minutos iban pasando y yo no notaba ningún efecto, ni para bien ni para mal.
Esta situación me estaba descolocando mucho, hasta tal punto que la azafata de manera amable se acercó para ofrecerme sus servicios ante la cara de estupor que yo tenía, me disculpé tontamente, y en ese instante el comandante nos anunciaba nuestro inmendiato aterrizaja recomendándonos que nos pusieramos los cinturones de seguridad.
Tenía unas ganas locas de estar junto con Muska en la habitación del hotel.

(deSa)
Espere el equipaje bastante excitada. Nunca he podido evitar esa sensación de adolescente recién besada que se me aloja en el estómago cuando pruebo la coca.
Tirando de mi maleta salí a la sala común de aeropuerto en la cual me abofeteó una bocanada de aire tórrido y un olor a gentío excitado.
Miré con envidia como los pasajeros iban siendo acogidos por los que allí les esperaban y finalmente me vi sola en el lado de los recién llegados sin saber que hacer, ni a donde ir...
Cuando estaba a punto de tomar un taxi vi llegar un espléndido coche negro y detrás de los cristales ahumados pude intuir la sonrisa enigmática de Lao.

(Krit)
Me estaba costando contener a Muska para que se estuviese quietita. Adiestrada como estaba para detectar la coca y habiéndosele pasado el efecto de la pastilla que le había dado para que no se enterase del viaje en el frío y ruidoso “vagón” de equipajes; el contenido de mi neceser la estaba enralando como una pelotita. Afortunadamente, había pasado con mi cara de santa inocencia todos los controles y ahora encaraba de buen humor el encuentro con Lao Mona Lisa, como le llamaba para mis adentros. La coca de todas formas debía estar algo caducada porque por momentos parecía que me hacía no me hacía efecto. Tal vez podría regalársela a la mona como muestra de buena voluntad. Sonreí a mi reflejo deformado en el cristal negro de la ventanilla del coche-que-se-sale-Lao-como-te-las-gastas sabiendo que él me contemplaba desde dentro. Fruncí los labios rojos y le envié un beso volado al más puro estilo Carmiña Burana mientras este gesto me traía reminiscencias de épocas ya pasadas y de sones antiguos y cadenciosos.




13 comentarios:

Anónimo dijo...

...y me he dirigido hacia la barnizada puerta de roble macizo y mirilla oxidada, para bajar a ver; sin embargo, algo indefinible, indescifrable, me ha echado atrás en el momento en que mi mano se acercaba al manillar de la puerta. Indecisa, sin saber siquiera por qué, he vuelto atrás y me he acercado lentamente una vez más a la ventana soleada en la que recién acabo, en la mañana, de colocar una maceta de florecidos y abundantes geranios rojos. Siempre me pasan cosas extrañas con las plantas, dicen - he oído - que las de todo el mundo responden a la música de Bach pero las mías, además de esa extraña cualidad, también se giran hacia mi cuerpo cuando me acerco a ellas, como pidiendo una caricia que a veces, raras veces, les niego...

Anónimo dijo...

tras un buen rato he reparado en que alguien tiraba de mi abrigo de manera brusca, tras un sobresalto (he notado un sudor frío recorrer mi espalda, a la vez que se secaba mi boca)me dije a mí misma !que tonta soy! tengo que dejar de ser paranoica. Aquellos ladridos me rogaban un poquito e atención, y no se extrañaban en absoluto de la reacción que había tenido; allí estaba moviendo la cola con la cadena en la boca mi vieja y fiel Muska, esa perra que hacía tantos años me acompañaba por la geografía española... (Elsa)

Cruzsentificad@s dijo...

Muska me pedía a gritos salir a calle, a corretear detrás de cualquier cosa que se moviera un poco, o por simple curiosidad como la gente, cada vez más, que se agolpaba, se enpujaba, se murmuraban alrededor de algo que empezaba a manchar de rojo la acera.....

Anónimo dijo...

¿quien dijo miedo? me he dicho intentando vencer ese extraño recelo que sin ententer porqué me ha embargado. He cogido a la perra y he vuelto la mirada de forma mecánica para comprobar que todo quede que orden.
Al fondo en la ventana veo el rojo fuego de mis geranios vueltos hacia mi, como advirtiendome, como despidiendome, como... que sé yo.

Anónimo dijo...

Comprobé que en mi neceser estaba el blister de Lexatin y la Biodramina, nunca me acostumbraría a las alturas a pesar de las grandes comodidades de las que gozaba en primera clase.
Intenté por todos los medios relajarme y ponerme cómoda, todo con la ayuda de un passport con hielo que una atenta azafata me trajo en un vaso mas que pulcro, como en otras ocasiones eché en falta a ese pedazo de azafato con el que a lo largo del trayecto tenía que fantasear, simplemente porque no se encontraba nunca fisicamente en mi vuelo, ni en mi clase.
Comencé a estudiar a mis compañer@s de viaje, algunos hombres de negocios, una dama adinerada que desprendía nostalgia a simple vista, un grupo de turistas americanos, como siempre denotando lo que no podían esconder, que lástima de yanquis, y una pareja con dos gemelos !horror! monstruitos.
Aquello me estaba sacando de mis casillas, concentrarme en ese momento ya de por sí difícil se estaba haciendo casi imposible, pero ahí estaba la cuestión que yo no iba a utilizar la palabra imposible, ya hacía muchos años de aquello...(Elsa)

Anónimo dijo...

He bajado a la calle y he mirado incrédula a un lado y otro .
Nadie en grupo, nada raro, nada en el suelo, ninguna mancha en el pavimento, ni un ruido, ni un movimiento, nada
Recorro la calle de un lado a otro buscando a alguien que pueda darme una explicación, nada, nadie.
No soy pusilánime, así que recobro el ánimo y me digo “Carmiña el pasado ha vuelto a por ti”
Entro en la panadería que se aloja a la sombra de mi casa, y de pronto parece que la vida volviera, es como si un ser inerte de pronto volviera a respirar ,Vuelvo a oír los coches y los gritos de los niños jugando en la calle... La panadera me mira con cara de interrogante y yo le cuento mi historia ….¿has visto u oído algo raro? Ella parece indagar en el fondo de sus entrañas y recordar algo que hubiera sucedido hace lustros y finalmente me dice….. “ahhhh, si … unos vecinos han venido a preguntar si te conocía y me han dado esto para ti, que al parecer ha caído en medio de la calle.
Era un gran paquete, despachurrado por el golpe, en un gran cartel se lee mi nombre.. Lo abro con aire nervioso y leo incrédula “Tu vida corre peligro. Fdo. Laho Ti´u”
Nadie tuvo que explicarme nada más.
Subí a casa pálida , me senté ante el ordenador y reservé el primer vuelo hacia mi irremediable destino, eso sí en primera como siempre.

Anónimo dijo...

(bi)
Saqué para ayudarme a distanciarme del entorno una hojita de geranio, un pequeño pétalo rojo, gota de sangre perfumada, que llevaba como prueba en la cartera. En cuanto me sintió, se acercó a mi apéndice nasal y aspiré su jugosa y fresca fragancia; no era de extrañar que el trapicheo de estas hermosas e inteligentes plantas generase millones en contrabando. Le acerqué los cascos radiofónicos acoplados a la butaca de primera clase y seleccioné un canal de música clásica para darle algo de placer en el largo viaje. Luego, sintióndeme algo maread@ por el aroma intenso y el movimiento a bandazos - estábamos atravesando una bolsa de aire - del avión, unido a los gritos disarmónicos de los rubitos repetidos a coro; tomé una pastilla que guardaba en el bolsillo para emergencias y la absorbí a través de mi garganta acompañada de un buen trago de " Etrange Chapeau", vino de primera en la first clase. Aún antes de que llegase al final de su camino en el estómago, donde comenzaría su disolución, me di cuenta de mi error. Esa pastilla no era la del antimareodesasosiego, pues hacía poco había cambiado su contenido temiendo un registro y ahora estaba llena de cocaína, blanca y pura como la nieve, eso sí pero totalmente inadecuada para la situación inestable en que me encontraba.

Elsa dijo...

Pero cual fue mi sorpresa que los minutos iban pasando y yo no notaba ningún efecto, ni para bien ni para mal.
Esta situación me estaba descolocando mucho, hasta tal punto que la azafata de manera amable se acercó para ofrecerme sus servicios ante la cara de estupor que yo tenía, me disculpé tontamente, y en ese instante el comandante nos anunciaba nuestro inmendiato aterrizaja recomendándonos que nos pusieramos los cinturones de seguridad.
Tenía unas ganas locas de estar junto con Muska en la habitación del hotel.

Anónimo dijo...

Espere el equipaje bastante excitada. Nunca he podido evitar esa sensación de adolescente recién besada que se me aloja en el estómago cuando pruebo la coca.
Tirando de mi maleta salí a la sala común de aeropuerto en la cual me abofeteó una bocanada de aire tórrido y un olor a gentío excitado.
Miré con envidia como los pasajeros iban siendo acogidos por los que allí les esperaban y finalmente me vi sola en el lado de los recién llegados sin saber que hacer, ni a donde ir...
Cuando estaba a punto de tomar un taxi vi llegar un espléndido coche negro y detrás de los cristales ahumados pude intuir la sonrisa enigmática de Lao.

Anónimo dijo...

(Krit)
Me estaba costando contener a Muska para que se estuviese quietita. Adiestrada como estaba para detectar la coca y habiéndosele pasado el efecto de la pastilla que le había dado para que no se enterase del viaje en el frío y ruidoso “vagón” de equipajes; el contenido de mi neceser la estaba enralando como una pelotita. Afortunadamente, había pasado con mi cara de santa inocencia todos los controles y ahora encaraba de buen humor el encuentro con Lao Mona Lisa, como le llamaba para mis adentros. La coca de todas formas debía estar algo caducada porque por momentos parecía que me hacía no me hacía efecto. Tal vez podría regalársela a la mona como muestra de buena voluntad. Sonreí a mi reflejo deformado en el cristal negro de la ventanilla del coche-que-se-sale-Lao-como-te-las-gastas sabiendo que él me contemplaba desde dentro. Fruncí los labios rojos y le envié un beso volado al más puro estilo Carmiña Burana mientras este gesto me traía reminiscencias de épocas ya pasadas y de sones antiguos y cadenciosos.

Anónimo dijo...

(me han quitao una pálabra y un comment, misterio en asentamientos perdón asentimientos cruzados... sí sí el jaus está rarito... sí...niño arriba ... besitos... y sigo con el cuentito. A ver quién me pone - y me explica cómo hacerlo - en compartir, pq quería hacer una encuesta, para elegir Muska:
http://www.educared.org.ar/tamtam/jmages/me-veo-como-mi-perro.jpg
http://www.correodelsur.ch/diversion/monitos/clinton%20y%20perro.jpg
http://www.el-perro.jp/images/index/main_image.gif (Muska es la del círculo, no sé por qué la imagino blanca, será por Tintín… aunque en realidad más chiquitina como Milú pero Milá))

Anónimo dijo...

De donde te han quitado eso KriT??

Temas de encuestas hay q preguntérsolos a Tsunami YolloY

Anónimo dijo...

Jaus, me lo han quitado de aquí mismo, justo encima del que se queja. Había encontrado una fotillo de ... ¿No has sido tú editando? pensé que alguien estaba recolocando todo. ¿Cómo vas?